viernes, 17 de enero de 2014
“Mucho que ganar, nada que perder” Ricardo Camacho
CAPÍTULOS 1 y 2. LAS CAPACIDADES HUMANAS Y COMPETENCIAS.
En la actualidad, hablar sobre educación, no es referirse sólo a lo que el maestro pueda aportar como tal, sino al conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que poseen los alumnos. Integrando estos factores se desarrollarán como personas competentes.
Al nacer, los seres humanos tienen un cuerpo físico, un cuerpo emocional y un cuerpo mental, los cuales le permiten expresarse y relacionarse con los demás. Poco a poco podrá ir descubriendo por sí mismo todas sus potencialidades y con el debido apoyo de la familia y la escuela, las irá fortaleciendo. Lo mismo sucede con cada uno de los tipos de inteligencia.
Al totalizar todos estos componentes, el individuo formará “su” realidad muy particular y de ahí realizará las acciones que plazcan o convengan.
Al adquirir conocimientos los humanos se relacionan con todo y lo entienden; encuentran la forma de modificarlo a sabiendas de que se vive en un mundo cambiante y por lo tanto es necesaria esta transformación.
Con la evolución las necesidades son diferentes, por lo tanto el conocimiento también es diferente. Sin embargo, los conocimientos previos se aprovechan en la adquisición de los nuevos y estos se han multiplicado de tal manera que la humanidad no lo hubiera imaginado.
El uso y los avances en el campo de la tecnología han tenido una gran influencia en este crecimiento, hoy en día es de lo más sencillo adquirir y difundir la información que se desee, provocando cambios muy profundos en los campos del saber del ser humano.
Las barreras geográficas ya no existen, las fronteras se han derribado y las distancias se han acortado; hoy se puede informar sobre cualquier tema, de forma instantánea, a una persona o a un grupo de personas sin importar el lugar del mundo en el que se encuentren.
El investigador Raúl Trejo afirma que el conocimiento es una auténtica riqueza y que este a su vez, genera más riqueza. Es por esto que la información y el conocimiento son primordiales para las economías mundiales. Es aquí donde el docente reconoce a sus alumnos como capitales intelectuales, en vías de desarrollo y con pleno potencial profesional.
Con la adquisición del conocimiento, se están subiendo poco a poco los peldaños que le llevarán hacia niveles superiores. Para esto es necesario aprender a aprender y estar conscientes en dejar ir lo que no le sirve o funciona (aprender a desaprender), sino abrirse y actualizarse de forma continua.
En cuanto a las habilidades se refiere, se puede decir que con estas se nace o que se desarrollan con base en práctica constante. El desarrollo de ellas depende de las que cada ser humano considere de su interés o que crea que le favorecen para algún propósito.
En el sector educativo es necesario desarrollar las habilidades cognitivas para que el conocimiento se pueda convertir en estrategias de aprendizaje y que estas le puedan ayudar al estudiante a resolver todo tipo de problemas. Para que esto se logre, lo primordial es desarrollar la habilidad de aprender a pensar, una vez desarrollada esta habilidad se podrá dar el paso a aprender a aprender.
El pensamiento humano no se debe de entender como un almacén de información sino como un elemento que es capaz de organizar y transformar todos los datos que recibe y procesarlos para crear nuevas ideas. Los docentes y el sistema educativo son quienes deben de proveer los medios para logar este objetivo.
La responsabilidad de estos proveedores es la de desarrollar en los estudiantes la autorregulación, independencia y autoconciencia de pensamiento y emociones. Con esto el alumno podrá comprender, procesar y organizar todas las asignaturas de los planes y programas que le correspondan. Es importante mencionar que se debe de buscar que el alumno deje de lado la memorización y alentarlo a que estimule su pensamiento con otro tipo de estrategias de aprendizaje basadas en sus habilidades. Con esto se rompen las barreras que le impiden avanzar hacia la construcción del conocimiento, se hace cabida a lo nuevo y se impulsa su desarrollo individual, se forman personas que confíen en sí mismos y en su capacidad.
Las habilidades emocionales como la serenidad, el optimismo, la cooperación, el servicio, el perdón o la tolerancia; también juegan un papel muy importante en el desarrollo del individuo. Estas se van formando y educando desde temprana edad, en la casa con la familia, en el centro educativo con docentes y compañeros; con el paso del tiempo existirán otros contextos que influyan en el desarrollo de estas.
Cuando se habla de destrezas se refiere a las habilidades con un grado de desarrollo superior. Las habilidades pueden ser características de los seres humanos, pero las destrezas son distinciones particulares, que le hacen inconfundible. Los maestros tienen el deber de identificar, estimular y encaminar a sus alumnos a que lo logren, claro que es necesario que estos quieran y estén dispuestos a dejarse llevar a este objetivo.
Entre las destrezas en las cuales se les puede apoyar a los alumnos se encuentran:
Intelectuales.
Humildad intelectual. No se puede saber todo, cada quien tiene sus limitaciones.
Entereza intelectual. Está bien equivocarnos, después de todo estamos aprendiendo.
Empatía intelectual. Entender a los demás desde su propia posición.
Autonomía intelectual. Cuestionar cuando haya que cuestionar, creer cuando haya que creer.
Integridad intelectual. Ser honesto y congruente entre lo que se dice y lo que se hace.
Perseverancia intelectual. No abandonar la verdad y saber discernir.
Confianza en la razón. Razonar y sacar conclusiones propias. Aprender a pensar.
Integridad intelectual. Ser abierto a todas las opiniones pero siempre reconocer y respetar los propios principios intelectuales.
Emocionales. Se refieren al control de las emociones, lo cual le permite al individuo una mejor convivencia en determinados contextos y que por ende repercuten en un equilibrio interno.
Algunos de ellos son: Propósito, misión, visión y valores de la vida; identificar y clarificar metas y objetivos; identificar y reconocer talentos, fortalezas, cualidades, puntos fuertes, debilidades y limitaciones; aumento de autoestima y confianza en sí mismo con enfoque personal y profesional; tomar decisiones con seguridad; aumentar el entusiasmo y la motivación personal; facilidad para resolver conflictos personales y profesionales; flexibilidad, seguridad y valor para afrontar los cambios; adaptabilidad y respuestas creativas frente a los problemas de la vida y el trabajo, entre otros.
Físicas. Es la adaptación del cuerpo a determinadas condiciones por medio de un plan apropiado de actividades, tipo de alimentación, posturas y sobre todo bien definido.
Algunas de estas destrezas físicas son: educación en movimiento; kinesiología; salud y aptitud física; técnicas de acondicionamiento físico; fisiología del ejercicio; seguridad en los deportes y primeros auxilios; recreación para el ocio; bailes y ritmos creativos, por mencionar algunas.
En referencia a las actitudes, es importante mencionar que se refieren al cúmulo de relaciones que hacen que el ser humano exprese sus sentimientos y emociones. Los padres, en su tiempo en casa, y los maestros con el propio en la escuela, son determinantes para que estos encuentren su equilibrio y se fortalezcan.
Algunas de las competencias emocionales son: Autoconciencia, autocontrol, motivación, empatía y relaciones sociales.
En el capítulo 2 se inicia con las competencias, y se hace mención a que el mundo cambia a diario, por lo tanto es necesario que el ser humano sea partícipe permanente de este cambio.
Todos los días se debe de ser creativo, de tomar decisiones, resolver problemas, plantear soluciones, innovar, crear, trabajar en equipo, colaborar con el mundo, actualizar sus conocimientos, reaprender y a fortalecer sus actitudes; en pocas palabras: a ser COMPETENTE.
Existen varios conceptos de la palabra competencia según las percepciones de diferentes contextos, épocas o autores, pero la mayoría coinciden en la integración de varios componentes que le permiten al individuo a desarrollar su propio proceso de aprendizaje.
Hay tres tipos de competencias propuestas por el doctor Manuel Poblete Ruiz:
Instrumentales. Pretenden conseguir un fin determinado.
Interpersonales. Son el equilibrio en la forma de expresar sentimientos y emociones.
Sistémicas. Son la combinación entre la imaginación, sensibilidad y habilidad de conjunción de un todo.
Es importante mencionar que para desarrollar el potencial que formará personas competentes, es esencial identificar el tipo de inteligencia que se tiene más desarrollada. Existen varios tipos: la creativa, la analítica y la práctica. Así como también las que categoriza Howard Gardner: lingüística, lógico – matemática, espacial, kinestésico corporal, musical, interpersonal, Intrapersonal y la naturalista.
Por último y quizá más importante, se encuentra la emocional, concepto propuesto por Daniel Goleman. Esta se refiere a la capacidad y conciencia de los propios sentimientos y del control que se tiene sobre ellos, para beneficio propio y de los demás.
Esta cuenta con cinco dimensiones: autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y destrezas sociales.
Es necesario que el hombre busque de forma individual las competencias que le valgan para desarrollar para una vida en paz, tanto interior como exterior, teniendo siempre apertura al cambio y a los nuevos retos.
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